El PULSO DE LA VIDA
¿No sientes el pulso de la vida
adaptándose la piel a su tibieza,
entregándose galopante a su abrazo,
tendiéndote la trampa en su vaivén?
Morirse con el día y el tiempo avanza
y adueñarte de la luna en bocanadas de fuego,
si se ha ofrecido benévola para cortar la suerte
se deja atrapar enfocando el aura.
Viajar en la cresta y aterrizar de pronto
y avanzar corriendo y frenar el paso.
¿No ves que como pluma vas a su ritmo?,
que es su pulso no el tuyo el que te empuja.
Sientes, tal vez como tú en el centro
y cómo figuras a tu alrededor viajan,
fotogramas de vida que no llegan
a ser de nadie, mas del tiempo debieran.
Siento el pulso del tiempo que espera
que pase a veces silenciosa, susurrante
y prófuga aparezco cuando se detiene a por mí
mas si avanzo, él empieza su huida.
Ni vienes a mí ni corro al encuentro
pertenecemos los dos a un mismo espacio
mas espacio y tiempo me alejan hastiada
y me detengo, halo sin peso, sin cuerpo.